UNA EXPOSICIÓN DE CIRUELO - Un artista que sueña con dragones
Por Martina Delacroix
Hayan existido o no, hayan sido buenos o malos, voladores o acuáticos, blancos, negros o verdes, capaces de incinerar ciudades con sus bostezos de fuego y famosos por custodiar castillos de princesas durmientes y lagos misteriosos, los dragones tienen hoy la oportunidad de ser más reales y observados de cerca, escama por escama. Una muestra, en el Centro Cultural Recoleta, hace un recorrido por la más reciente obra de Ciruelo Cabral, reconocido en el mundo de la publicidad, la animación, el cómic y el Fantasy por retratar a estas criaturas junto a elementos de culturas ancestrales, desde la precolombina hasta la mitología celta. Esta vez, sus dragones llegan acompañados por hadas transparentes, ninfas y duendes musiqueros que aportan una cuota de dulzura a tanta ilusión por momentos aventurera y por otros tenebrosa, llena de bruma y océanos embravecidos.
"Mi propósito es muy concreto, quiero darles a los demás la visión de mundos fantásticos que nos pertenecen a todos. Mi arte es una forma de recordarles que están esperándonos en algún lugar", confía Ciruelo, que es de hablar pausado, facciones rectas y cuerpo liviano. Viste de negro y asegura llevar una vida muy sana, de hábitos disciplinados: no come carne, no fuma ni consume drogas, hace ejercicios desde niño, compone música, se escapa seguido al mar y no se pierde un atardecer. Desde hace veinte años vive en familia entre las montañas y el mar de Sitges, en Barcelona. Todo esto, explica, es el secreto de una afilada percepción de la Tierra, las plantas y los animales: la naturaleza es su fuente directa de inspiración. Y hasta su apodo da cuenta de ello. Se lo puso alguien a los once años y a las diecisiete empezó a firmar los primeros dibujos con él.
"Más adelante entendí por qué este nombre. En todas las culturas ancestrales se ponía el nombre definitivo a las personas recién en su adolescencia según sus aptitudes, su personalidad y su experiencia. Y eso es lo que me sucedió a mí, soy un fanático amante de los árboles así que no pudo haber mejor nombre para mí".
Otra de sus características, que desconcierta y acentúa más la contradicción entre lo visible y lo invisible, lo real y lo fantástico de sus convicciones, es su daltonismo. Ciruelo ve más sombras y volúmenes que colores. Desde la oscuridad de la sala Villa Villa en el Centro Cultural Recoleta emergen las casi 80 pinturas, la mayoría de las cuales corresponden a su último libro, Hadas y Dragones, de 2008. También pueden verse adelantos de lo que será su próximo libro, Cuaderno de sueños, y otros clásicos que hasta conmovieron al cineasta George Lucas para quien Ciruelo trabaja y para quien está preparando una ilustración sobre Star Wars. Se trata de un libro en el que distintos artistas interpretarán la obra.
En la muestra, la técnica y el proceso creativo se explican a través de pantallas en las que el autor dibuja, pinta u observa el medio ambiente con paciencia. La música de fondo que acompaña el recorrido también fue compuesta especialmente por él y genera una sedación particular:
"Intento que sea el elemento que termine de englobar la idea de todo esto".
En las caras de los visitantes de la muestra se ve la fuerte impresión que generan los petropictos, el curioso invento de Ciruelo. Se trata de piedras sobre las que pinta con el mayor detalle sin alterar ni tallar la forma original. Cuesta creer el resultado, siempre tridimensional y profundo.
"Las piedras son la piel de nuestro planeta, de la Pachamama", se entusiasma el artista y cuenta sobre la experiencia de hacer este trabajo:
"Mantengo un diálogo con ellas, les pido que me muestren cosas. Es difícil de explicar, pero mucha gente cuando ve mis Petropictos siente lo mismo que yo sentí al pintarlos y lo entiende."
Alejado un tanto de la veta comercial y editorial que tiene su trabajo, Ciruelo confiesa estar ahora concentrado produciendo su propia literatura. Además de las ilustraciones, como los encargos de Lucas y de ciertos músicos que le apasionan e inspiran, como Steve Vai. El proyecto de hacer una película de dragones, tema tan afín para potenciar con las nuevas tecnologías, tampoco lo abandona, pero él quiere que todo se dé en un contexto europeo o en Argentina, distinto de los estudios de Hollywood en donde la idea ya está siendo estudiada por varios productores. Su reacción, una prueba más de las dos realidades que atraviesan el mundo de Ciruelo.
Ciruelo Básico
Buenos Aires, 1963
Artista
Empezó joven, en publicidad. Publicó dibujos en Humor, Fierro y Playboy.
Trabajó en las tapas de discos de Pedro Aznar, Spinetta y Los Enanitos Verdes.
En 1989 ilustró un libro de dragones que le dio fama como experto en el tema.
Desde 1992 colabora con George Lucas para quien diseñó las tapas de Chronicles of the Shadow War.. |